miércoles, 8 de julio de 2020

9 de julio. Día de la Independencia.

























El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán, selló la declaración de la Independencia formalizando la ruptura de los vínculos de dependencia política con la monarquía del imperio español, además de reafirmar la renuncia ante otra dominación extranjera.

El Congreso fue convocado cuando llegó la noticia de que la Santa Alianza, el pacto concluido por los soberanos europeos que acordaron defender los principios del cristianismo, quería promover la restauración monárquica en Europa y, al mismo tiempo, combatir a los movimientos liberales y democráticos en aquel todo territorio que intentaba sublevarse a la dominación imperial. Dicho congreso dio inicio en Tucumán, una ciudad del interior de las Provincias Unidas del Río de la Plata, seleccionada ante el creciente disgusto de los pueblos de la región ante las decisiones centralistas que tomaba la provincia de Buenos Aires.

Las sesiones comenzaron el 24 de marzo de 1816 y, ante la renuncia de varios directores supremos, el 3 de mayo, Juan Martín de Pueyrredón fue elegido como Director Supremo para cumplir con el objetivo de pacificar y unir a todo el territorio.

Con el correr de los debates, se moldeó un plan que fue aceptado por todos y cuyos puntos fundamentales fueron los de comunicarse con todas las provincias para insistir en la necesidad de unión y así enfrentar al enemigo externo, declarar finalmente la independencia, discutir la forma de gobierno más conveniente para las Provincias Unidas, pensar y elaborar un proyecto de Constitución y preparar un plan para apoyar y sostener la guerra en defensa propia, proveyendo de armamentos a los ejércitos patriotas.

Finalmente, el 9 de julio se discutió el proyecto de la Declaración de la Independencia, luego de las intensas discusiones sobre la forma y el modo de gobierno. En este día, luego de tres meses y medio de sesiones, el Congreso, con la unanimidad de sus diputados, sentenció el nacimiento de una nueva nación libre e independiente ante cualquier dominio extranjero, bajo el nombre de Provincias Unidas en Sudamérica.